sábado, 2 de enero de 2010

Año nuevo vida nueva

-¡¡¡Feliz año nuevo familia!!!

Otro año más celebrábamos la noche vieja en casa de mis abuelos. Los años pasaban pero nada cambiaba. Año nuevo vida nueva? La verdad era que si me apetecía cambiar de vida pero no de propósitos. Me gustaría una casa nueva, amigos nuevos, un novio....pero nada ahí seguía como el año pasado y el anterior con mis padres, mi hermana y mis abuelos oyendo las 12 campanadas.

-Bueno hora de pedir un deseo que queráis que se cumpla este año-dijo mi hermana que aunque no creía en el destino y ese tipo de cosas tenía la esperanza de que se cumpliese su deseo.

-Que pedirás tu. Fijo que este año cada mes tengas ropa nueva o algo-dije de broma.

-No seas tonta Ane. Sabes que eso no es tan difícil de conseguir. Prefiero pedir cosas mas complicadas.

Eso me hizo pensar en que pediría yo para el 2010. Que tal sacar muy buenas notas este curso? No mejor eso no, primero de bachiller era complicado pero prefería pedir otro deseo. Un novio era un mejor deseo? No tampoco, hasta ahora no había estado del todo mal sola así que.... Bueno ya se me había ocurrido algo que podía valer para muchas cosas: Que el 2010 fuese mucho mejor que el 2009, ya que en mi opinión me lo merecía.

-Cariño estas embobada mirando por la ventana los fuegos artificiales-me dijo mi madre. Ni siquiera me había dado cuenta de que había fuegos artificiales, era algo que me solía pasar cuando me quedaba pensando en algo.

-Si, son muy bonitos-mentí para que no pensasen que estaba en mi mundo, ya que últimamente todos los días me pillaban distraída.

-Verdad que son preciosos? Esta si que es una buena manera de empezar el año-dijo mi abuela.


-Si pero a mi se me ocurre una mucho mejor que esta, como salir de fiesta. Me tengo que ir a casa a vestirme para salir-les dije. Cuanto antes saliese de allí antes llegaría a casa y mas tiempo tendría para arreglarme para la noche.

-Vale cariño, puedes marchar pero ten cuidado con lo que haces en la calle y vuelve pronto a casa-dijo mi madre repitiendo lo que me decía cada vez que salía de fiesta.

Me despedí de todos y me fui caminando hacia mi casa. Mis abuelos no vivían lejos de nosotros, a 5 minutos mas o menos. Justo cuando estaba entrando por la puerta sonó mi móvil, un mensaje. No le di importancia porque me imagine que era alguien deseándome feliz año y entre en casa. Deje las llaves en la misma mesa de siempre y me senté en la cama. Empezaba el dilema de ¿qué me pongo?. Alguien debería de inventar una maquina que te diga que es lo que deberías ponerte en cada momento.

1 comentario: